Baños de Avena para tratar el eczema y la dermatitis atópica
Sólo quien padece una de estas afecciones cutáneas sabe lo que es. Los brotes producen tanto picor que en ocasiones se hace insoportable. En estos casos la avena puede ayudarte.
Uno de los tratamientos más recomendados por los dermatólogos es la avena coloidal. Pero las cremas y preparaciones que la contienen suponen en la mayoría de los casos un desembolso importante de dinero, más aún teniendo en cuenta que debe aplicarse varias veces al día y en la mayoría de los casos en zonas muy amplias del cuerpo.
La avena es rica en vitaminas B1, B2 y E, en minerales como el hierro, el magnesio, el zinc y el calcio, y en aminoácidos. Son esos componentes los que le otorgan propiedades antioxidantes y anti-inflamatorias.
La avena hidrata, suaviza y calma la piel irritada. Por eso un baño de avena es la mejor opción para calmar el picor de la piel cuando sufres un brote de dermatitis, eczema o incluso en caso de varicela. También tienen un efecto calmante sobre el sistema nervioso, por lo que ayuda a relajarte y a conciliar el sueño, especialmente para los bebés.
Preparar un baño de avena es muy sencillo. Tienes tres opciones:
- Moler los copos de avena hasta que queden finos (con un molinillo de café, picadora o con la Termomix), y añadirlos al agua del baño.
- También puedes poner los copos de avena en saquitos de tela e introducirlos en la bañera. Esto es para no taponar los desagües. Si incluyes hierbas aromáticas como la lavanda, conseguirás además perfumar el agua del baño.
- Y la última opción, es añadir directamente harina de avena al agua. Esta es la opción más cómoda. Si la harina es integral, mejor aún porque conserva intactas todas sus propiedades.
En los tres casos el resultado será un agua lechosa, que también puedes utilizar para lavados faciales.
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