• UNA ALIMENTACIÓN INADECUADA Y DEMASIADO ÁCIDA. El consumo de alimentos procesados, con un alto contenido en azúcares e hidratos de carbono, producen la llamada hiperacidosis alimentaria. La solución es eliminar esos malos hábitos e incluir en la dieta alimentos más saludables, especialmente vegetales y frutas. Se recomiendan los llamados alimentos alcalinos como la piña, la col, el apio, la papaya, el limón, el pimiento o el brécol. Un remedio natural para alcalinizar nuestro organismo es tomar en ayunas agua templada con limón. Debes reducir además el estrés y el consumo de medicamentos como el ibuprofeno, sustituyendolo por antiinflamatorios naturales. Incluye también en tu dieta alimentos ricos en Vitamina K, presente especialmente en los alimentos fermentados, de los que hablábamos aquí. Esta vitamina ha demostrado ser eficaz para tratar las ojeras debidas a capilares dilatados, al actuar mejorando la circulación sanguínea.

• FALTA DE HIDRATACIÓN. La piel que rodea el ojo es muy sensible y frágil, y es la primera en sufrir los efectos del paso del tiempo y de la falta de hidratación. Intenta beber al menos un litro y medio de agua. Si te cuesta tomarla, opta por incluir en tu dieta zumos naturales, infusiones y caldos bajos en sal. Tu piel te lo agradecerá.

• EXCESO DE TOXINAS EN NUESTRO ORGANISMO, especialmente en órganos como el hígado, la vesícula o los riñones. Dependiendo del órgano afectado las ojeras presentarán diferentes tonalidades.

• Ojeras amarillentas o marrones: Normalmente indican una sobrecarga en el hígado y la vesícula. Un remedio eficaz es tomar infusiones de boldo, diente de león, alcachofa, fumaria o cardo mariano. Es importante reducir el consumo de alcohol, grasas y azúcares refinados que son los que obligan a trabajar en exceso a nuestro hígado.

• Ojeras oscuras, tirando a negras o violáceas: Este tipo de ojeras pueden indicar un fallo en el funcionamiento de los riñones, la vejiga o los órganos reproductores. Para tratar el mal funcionamiento de los riñones, es recomendable tomar alimentos diuréticos como los espárragos, el apio, la cebolla, la piña o la sandía. Puedes preparar también caldos diuréticos sin sal elaborados con vegetales como el apio, el puerro o el hinojo. Puedes añadir a estos caldos algas kombu o wakame, muy diuréticas y ricas en minerales. Toma también infusiones diuréticas de bardana, ortosifón, ortiga, cola de caballo o diente de león. Si el problema está relacionado con los órganos reproductivos, consulta con un especialista.

• Ojeras grises: Este tipo de ojeras pueden indicar un problema pulmonar o de falta de una buena oxigenación. Muchas veces la contaminación, la falta de sol y aire fresco pueden provocar este tipo de ojeras. Así que si vives en una ciudad, es recomendable realizar salidas al campo, la montaña o la playa para respirar aire puro y desintoxicarte de la contaminación. Tomar baños de sol con la debida precaución también pueden ayudarte. Recuerda que el sol es la principal fuente de vitamina D. Este tipo de ojeras también pueden indicar un deficiente drenaje linfático o un problema hormonal. Para el primer problema pueden resultar eficaces diversas técnicas de masaje y las infusiones diuréticas que mencionamos antes. Si tienes un problema hormonal pueden ayudarte algunos suplementos como el aceite de onagra, la salvia, la maca o el sauzgatillo.